
Mi Experiencia Comprando un Carro Sin Verlo: Una Aventura que Terminó Bien
Descubre cómo compré un vehículo usado sin inspeccionarlo personalmente y los pasos que seguí para que esta arriesgada decisión resultara exitosa en el mercado colombiano.

Descubre cómo compré un vehículo usado sin inspeccionarlo personalmente y los pasos que seguí para que esta arriesgada decisión resultara exitosa en el mercado colombiano.
Comprar un carro usado es una decisión importante que generalmente implica múltiples visitas, inspecciones detalladas y pruebas de manejo. Sin embargo, ¿qué sucede cuando las circunstancias nos obligan a adquirir un vehículo sin haberlo visto personalmente? Esta fue precisamente mi situación hace algunos meses, cuando me vi en la necesidad de comprar un automóvil usado sin poder inspeccionarlo físicamente. Contrario a lo que muchos podrían pensar, la experiencia resultó exitosa. En este artículo, compartiré mi historia, los pasos que seguí y las recomendaciones para quienes se encuentren en una situación similar en el mercado colombiano.
Mi decisión de comprar un vehículo sin verlo personalmente no fue caprichosa ni impulsiva. Me encontraba trabajando en una ciudad diferente a donde planeaba usar el carro, y el tiempo era un factor crucial. Necesitaba el vehículo para cuando regresara a mi ciudad de residencia, pero no podía viajar previamente para realizar la inspección.
Además, había encontrado un modelo específico que llevaba buscando durante meses: un Mazda 3 2017 con menos de 50.000 kilómetros, en el color y con las especificaciones exactas que deseaba. El precio estaba significativamente por debajo del promedio del mercado, lo que lo convertía en una oportunidad que no quería dejar pasar.
Antes de tomar la decisión, realicé una exhaustiva investigación que fue fundamental para el resultado positivo:
Dediqué semanas a investigar todo sobre el Mazda 3 2017: sus fallas comunes, puntos débiles, costos de mantenimiento y repuestos en Colombia. Consulté foros especializados, grupos de Facebook de propietarios del modelo y revisé informes de confiabilidad. Este conocimiento me permitió saber exactamente qué preguntar y qué aspectos verificar remotamente.
Analicé los precios de vehículos similares en plataformas como Tucarro.com, OLX, Mercadolibre y concesionarios de usados reconocidos. Esto me dio una perspectiva clara del rango de precios razonable y me permitió identificar cuando una oferta era demasiado buena para ser verdadera o, como en mi caso, una oportunidad genuina.
Solicité y verifiqué todos los documentos del vehículo antes de avanzar con la compra:
Utilicé el portal del RUNT y la página del SIMIT para corroborar esta información de manera oficial, lo que me dio tranquilidad sobre el estado legal del vehículo.
Una vez decidido a proceder con la compra, implementé una estrategia que minimizara los riesgos:
El factor más determinante en mi experiencia exitosa fue contar con una persona de confianza en la ciudad donde se encontraba el vehículo. Un amigo mecánico accedió a inspeccionar el carro en mi nombre, aplicando una lista de verificación que elaboramos juntos.
Antes de que mi amigo visitara el vehículo, realicé una videollamada con el vendedor donde le pedí mostrar detalladamente:
Durante la llamada, pude escuchar el motor, verificar que no hubiera ruidos extraños y observar el humo del escape.
Además de la inspección de mi amigo, contraté un servicio de peritaje profesional con una empresa reconocida en Colombia. Por aproximadamente 250.000 pesos, realizaron una revisión exhaustiva que incluía:
El informe detallado que recibí me dio la confianza necesaria para proceder con la compra.
Una vez satisfecho con las verificaciones, procedí con la negociación y el proceso de compra:
Negocié el precio final considerando algunos detalles menores identificados en el peritaje. Acordamos un precio justo para ambas partes y establecimos claramente las condiciones de la transacción.
Para la transacción financiera, utilizamos un método seguro que protegiera a ambas partes:
Como no podía recoger personalmente el vehículo, contraté un servicio de transporte especializado en traslado de vehículos entre ciudades. Esto tuvo un costo adicional de aproximadamente 600.000 pesos, pero garantizó que el carro llegara en perfectas condiciones y sin sumar kilómetros innecesarios.
Cuando finalmente recibí el vehículo, confirmé que todas las precauciones habían valido la pena. El Mazda 3 estaba exactamente en las condiciones descritas, y tras seis meses de uso, no he tenido ningún problema significativo. El ahorro en el precio de compra compensó con creces los gastos adicionales de peritaje y transporte.
La experiencia me demostró que, aunque comprar un carro sin verlo personalmente implica riesgos, estos pueden mitigarse significativamente con la estrategia adecuada.
Si estás considerando comprar un carro usado sin verlo personalmente, te recomiendo:
En el contexto colombiano, es particularmente importante:
Mi búsqueda se realizó principalmente en estas plataformas que considero confiables para el mercado colombiano:
Estas plataformas suelen ofrecer herramientas adicionales de verificación y, en algunos casos, garantías limitadas que pueden dar mayor tranquilidad en una compra a distancia.
La pandemia aceleró la digitalización de muchos procesos de compra, incluido el de vehículos usados. Cada vez más colombianos están considerando la posibilidad de adquirir carros sin una inspección física personal, confiando en peritajes profesionales y tecnologías de verificación remota.
Empresas como Kavak están introduciendo modelos de negocio que incluyen inspecciones estandarizadas y garantías, lo que podría transformar el mercado de usados en Colombia en los próximos años. Sin embargo, mientras estas opciones se consolidan, seguirá siendo responsabilidad del comprador tomar las precauciones necesarias.
Sí, es completamente legal siempre que se cumplan todos los requisitos de documentación y traspaso establecidos por las autoridades de tránsito colombianas.
Los precios varían según la ciudad y el nivel de detalle, pero generalmente oscilan entre 150.000 y 300.000 pesos para una revisión completa.
Como mínimo: tarjeta de propiedad, SOAT vigente, revisión técnico-mecánica al día, paz y salvo de impuestos, certificado de tradición del RUNT y consulta de comparendos.
Puedes consultar esta información en la página web del RUNT o solicitar un certificado de tradición donde aparecerá esta información.
Solo es recomendable hacer un anticipo después de haber verificado la documentación y realizado un peritaje profesional. Además, es importante documentar este anticipo mediante un contrato de promesa de compraventa.
Puedes negociar garantías específicas en el contrato de compraventa, como el compromiso del vendedor de responder por fallas mecánicas no detectadas en el peritaje durante un período determinado.
Comprar mi Mazda 3 sin haberlo visto personalmente fue una experiencia que inicialmente me generó ansiedad, pero que resultó exitosa gracias a una estrategia meticulosa de verificación y precaución. Si bien no es el método convencional ni recomendable para todos, en situaciones específicas puede ser una opción viable si se toman todas las medidas necesarias.
Mi experiencia demuestra que el mercado de vehículos usados en Colombia está evolucionando hacia modelos que facilitan transacciones más seguras a distancia. Sin embargo, la clave sigue siendo la diligencia debida: investigación exhaustiva, verificación profesional y documentación adecuada.
¿Has tenido alguna experiencia comprando un vehículo sin verlo personalmente? ¿O estás considerando hacerlo? Comparte tu experiencia en los comentarios y no dudes en preguntar si tienes dudas específicas sobre este proceso.